Kind Of Blue de Miles Davis
- By Joshua
- 18 sept 2019
- 11 Min. de lectura
Actualizado: 26 dic 2019
Discos de jazz existen por decenas de miles a lo largo de la historia, pero hay uno que es el más importante de todos los tiempos, creado en la mente prodigiosa de uno de sus hijos más prolíficos, considerado como una guía espiritual y musical de la época es un trabajo que trasciende más allá de un tiempo imaginable, el legado per se de la musica afroamericana para la posteridad y un recuerdo del nivel estratosférico que alcanzó el jazz a finales de la época de los 50’s, en particular en el año dorado de 1958, después de este disco ya nada fue igual.
Friedrich Nietzche en su obra Así Habló Zaratustra, escrita en 1883, contiene una de las frases más contundentes e inspiradoras de la literatura ‘Hay, en mí algo inmune, insepultable, insurrecto: mí voluntad. Muda e inalterable, en ella transitan los años’, la necesidad humana de dejar un legado en una línea que Richard Strauss trasladó a su ópera narrada del mismo nombre, en uno de los actos, Zoroastro enuncia sus nobles verdades, cada una de ellas es pronunciada al público como una declaración de principios, mientras la música ambienta un entorno casi mágico, en una de esas veces que la obra se presentó, un joven músico de 17 años escuchó la interpretación de la Orquesta Nacional de Hungría en el Teatro Budapest y su vida quedó marcada para siempre, es 1898, a unos cuantos años de que el Europa quede separada y herida para siempre bajo el pogromo la Primera Guerra Mundial, ese joven es uno de los compositores más grandes del siglo XX, su nombre es Bela Bartok, con un estilo de composición único que mezcló lo clásico con la modernidad, con un toque innovador y hasta cierto punto místico, Bartok reinventó la forma de escribir composiciones (junto con Ravel, Debussy y otros) al retirarle a la música la tonalidad y otorgarle un atributo llamado modalidad, fue como liberar a la música de las ataduras clásicas para llevarla a lugares insospechados, Bartok sin saberlo quizás, inspiró con su originalidad a un puñado de músicos afroamericanos de la segunda mitad del siglo pasado para que desarrollaran un arte que tiene similitudes con la música clásica, Bartok, en un extraño capricho del destino murió en 1945 bajo el exilio de la Guerra Mundial en la Ciudad de Nueva York, en ese mismo lugar, en la Quinta Avenida un 12 de Marzo de 1955, bajo las luces de la gran ciudad y de los reflejos que proyectan sus mamparas y rascacielos, tras el eco de su bullicio, ensombrecido por las sombras de sus antiguas calles, ahogado en los escombros de una vida llena de excesos, está por suceder una de las grandes tragedias de la música, esa noche, lejos de Harlem donde comenzó trabajando de lavavajillas en un restaurante para sostener a su familia, el joven Charlie Parker está por exhalar su último aliento, postrado en una cama del Hotel Standhope de la Calle 54 (a escasos metros del teatro Birdland, que le fue dedicado) su catastrófica vida transcurre a través de sus ojos, atrás quedaron las mañanas de su natal Kansas City donde su madre, en un esfuerzo sobre humano, trabajaba horas extras en una plantación de algodón para poder comprarle al genio su primer saxofón, atrás están detenidas las imágenes de ese niño que conmovía a los adultos en las iglesias bautistas donde ya mostraba dotes de su enorme inventiva rítmica, ‘Bird’ le apodaron en la banda del maestro Dizzy Gillespie, tenía el más pulcro estilo para entonar el saxofón alto, un fraseo que nunca antes se había escuchado y un estilo depurado para la improvisación, nadie podía entender como es que podían emanar tantas notas que llenaban y saturaban los compases de los músicos que lo acompañaban, todos sabían que esa forma de extraer notas del instrumento no era de este planeta, fue un alma libre y visionaria en un entorno musical que estaba dando muestras de enorme madurez, el jazz es un género que se debe de sentir más que escuchar, es una forma de vida y para los estándares de la época Parker estaba hecho para ese tipo de música, humilde desde siempre, alcanzó sitios sonoros a donde nadie había llegado antes, sin embargo tenía el enorme defecto de ser un adicto a las drogas, su cuerpo de apenas 34 años cronológicos ya mostraba signos de debilidad extrema, estigmas de una vida llena de excesos que finalmente lo llevaron a la muerte, en una carrera prodigiosa que apenas duró dos décadas, Charly Parker dejó suficientes argumentos musicales que retomaron los más grandes jazzistas con los que compartió un escenario, uno de ellos (su mejor legado y quizás el más prolífico músico que haya dado el siglo pasado) iba a cambiar, en apenas 4 años después de su muerte, el rumbo del jazz para siempre, su nombre fue Miles Dewey Davis III, mejor conocido simplemente como Miles Davis, el mejor trompetista de la historia de la música, nacido en una familia de clase media de Illinois, rodeado por un aire espiritual muy fuerte desde su infancia, mientras Bela Bartok dejaba este plano terrenal, Davis ya se encontraba en proyectos musicales de jazz bebop (una de las formas más antiguas y alegres del género), Charly Parker vió en el todo el talento necesario para que se uniera con apenas 18 años a su quinteto, Parker inventó en cierta forma el bebop, llenando de notas los espacios armónicos, dotándolo de un ritmo acelerado y alegre, era el año de 1948 y Miles Davis, un visionario desde siempre, cambió el estilo de interpretación, lo asimiló de tal forma que lo mejoró, el bebop estaba tan saturado de sonidos y tan acelerado, casi con una forma dialéctica de interpretación que Davis lo llevó a otra dimensión, sin una formación académica completa, fue uno de los pioneros en un estilo al que le nombraron jazz modal, donde la armonía cae en una especie de vuelo libre a través de un entramado carente de tonalidad definida, retomando la forma de las antiguas estructuras armónicas griegas, Bartok fue el maestro de la armonía modal (al igual que Maurice Ravel, Claude Debussy e Igor Stravinsky) y fue el artífice e inspiración en una época donde la música estaba viviendo el pináculo del talento, el año de 1959 fue el año donde salieron a las luz las 4 grandes obras del jazz moderno, Charles Mingus con su Mingus Ah Um (quien le dio el toque mágico de improvisación y furia), Ornette Coleman con The Shape Of Jazz To Come (donde la elegancia y la perfecta ejecución son la clave) y Dave Brubeck con su disco Time Out (quien le legó al mundo nuevos tiempos de ejecución) y por supuesto el grandioso Kind Of Blue (el disco de jazz más vendido de la historia), una serie de coincidencias gobiernan nuestras vidas, pequeños bloques de instantes que se van uniendo uno a uno en una especie de red universal, Bartok influenció a Davis mientras éste era influenciado por Parker, una forma extraña de unirse los hilos de la música que convirtieron al jazz en la punta de lanza para la música moderna, nuevas y cada vez más complejas formas musicales derivaron de esta forma de expresión, Kind Of Blue es apenas la punta del iceberg desde donde Davis comenzó su idilio artístico con los más grandes, el jazz es extraído de la música afroamericana, es el hermano mayor alegre y menos melancólico del blues, pero contiene una raíz muy similar, ambos nacen del guetto y para el guetto, ambos son productos de la necesidad humana de exterioriar sentimientos y de la opresión padecida por siglos de esclavitud, mientras el blues mostraba el lado sensible y doloroso, el jazz mostraba el espíritu libre e inventivo, ambos crecieron y desarrollaron su estilo en medio de las plantaciones de algodón en el sur de Estados Unidos, el jazz es un género que provoca emociones diversas pero no universales, ahí radica su encanto, hay que tener un bagaje previo de conocimiento para poder disfrutarlo, Davis siempre tuvo el contrapeso artístico suficiente para evitar que su legado quedara enmarcado en un museo u olvidado por las minorías que siempre lo juzgaron, fue un músico que se atevió a innovar más allá del horizonte creativo que le fue heredado por sus maestros Gillespie y Parker, Davis siempre condenado a reinventarse en un entorno social y político que lo desfavorecía, su trompeta llegó a lugares sonoros donde con una simple nota fue capaz de cambiarle el sentido a una interpretación, fue contracultura, denostró la música accesible de Louis Armstrong o la extremadamente académica de Bill Evans, fue el artífice de toda una generación (los beatniks) que paradójicamente nunca encajaron en el molde de público que buscaba, y de movimientos culturales para erradicar la segregación racial en Estados Unidos, con su trompeta logró más de lo que cualquier líder social o político afroamericano haya logrado jamás, influenció a toda la nueva ola del jazz de los 60’s, especialmente a su alumno John Coltrane (otro gigante de la música moderna), pero no solo aél, en sus grupos estuvieron la crema y nata de los jazzistas (Chic Corea, Wynton Marsallis, Kenny Clarke, John Scofield, George Benson), músicos de origen más comercial (Hendrix, Prince, Sting, Sly And The Family Stone), representó la quintaescencia del músico obsesionado por la perfección y por sus rutinas de trabajo, convocó a las masas en los festivales de música por más de 5 décadas, dejó un acervo artístico impresionante con obras extremadamente complejas y otras sumamente accesibles, fue un estudioso incansable del legado de los clásicos y adaptó varias de sus obras a sus composiciones (como las variaciones de Prokofiev o de Alban Berg), fue más allá de sus orígenes americanos y busco inspiración en lo más profundo de los sonidos africanos en un esfuerzo por aportar algo más que un legado, fue sin duda el maestro del silencio, nadie como Miles Davis desarrolló ese sentido de apagar su instrumento y solo entregar algunas notas que llegaban al punto exacto y a la altura necsaria para conmover y para dejar algo más que el corazón y el alma en sus interpretaciones, se sumergió en la neblina de las drogas (como todos los músicos de la época) pero supo explorar a través de ellas nuevas formas, nuevos modos, nuevos sonidos, vivió un frenesí en su vida más allá de los escenarios, encarcelado varias veces, durmió en las calles, vagó por mucho tiempo, estrelló su auto dos veces, siempre fue polémico en sus declaraciones, desmotró a lo largo de su vida que era un ser sensible al que dominaban las emociones y el enorme orgullo por su música, despreció a la crítica que siempre lo juzgó por su color de piel y sin embargo siempre fue el referente para todo lo que se ha hecho melódicamente hablando después de 1958, cuando la crítica habló de su estilo rítmico y casi onírico de sus primeros discos grabó en solo 7 horas el Kind Of Blue, cuando sus fanáticos le pedían más improvisaciones y más virtuosismo estudió la sobras del surrealismo y regresó con su grabdioso disco Filles of Killimanjaro, cuando medio mundo lo veía acabado re inventó el mundo del jazz con el fascinante Bitches Brew (una de sus mejores obras), cuando nadie lo esperaba sorprendió al mundo con su disco más sensible y sentimiental llamado Aura a pocos años de su muerte, los cincuenta del siglo pasado fueron la mejor época del jazz, Miles Davis, un genio al que cualquier cosa que se escriba de el jamás alcanzará a describir su enorme grandeza y legado, sin embargo la mejor forma de homenajearlo es cerrar los ojos y escuchar las notas prístinas que emanan de su instrumento, algo que asombra es su asombrosa capacidad de llenar los vacíos con sonidos casi celestiales, Davis solo buscó a lo largo de su existencia, transmitir un mensaje musical, lo buscó por décadas hasta que finalmente, la muerte lo alcanzó, una mañana de septiembre de 1991, la búsqueda de la trascendencia es también una de las cualidades humanas, hay quienes de cierto modo encuentran la forma de hacerlo y su vida es su magna obra, tal como Nietzche escribiera hace más de 150 años … Únicamente el hombre, deseoso de subsistir, transmitió su valor a las cosas! ¡Únicamente el hombre otorgó a las cosas un sentido: un sentido para los hombres, el ser que valora.
Miles Davis
Ficha Técnica
Fecha de Lanzamiento - 1958
Discográfica – Columbia Records
Productor – Teo Macero
Recomendable Si Les Gusta
Mingus Ah Um de Charles Mingus, Blue Train de John Coltrane, Go de Paul Chambers, Blue Spring de Julian Cannonball Aderley, That’s Right de Jimmy Cobb, Portrait In Jazz de Bill Evans, The Moderns Art Of Jazz de Tony Scott, Jazz In Space Age de George Russell y The Singing Reed de Lucy Reed
La raíz jazzística del bebop desapareció del repertorio de Miles Davis entrando en la década de los 50’s, a partir de ahí comenzó una época donde la exploración del jazz modal fue la punta de lanza de su trabajo, fue una auténtica revolución musical (similar a lo que habían logrado los clásicos como Ravel, Bartok y Debussy) para lograr este cometido Davis fue reclutando poco a poco a su grupo de ensueño, John Coltrane, una de las figuras emblemáticas del jazz fue su mano derecha durante la grabación, su saxofón fue el artífice del sonido dulce y melódico que se aprecia desde el inicio de la obra, un admirador del gran Charles Mingus (que merece una reseña aparte) el gran Paul Chambers le dio vida al contrabajo, el pianista Bill Evans con su estilo único (mucho más relacionado con el hard bop), el saxofonista alto Julian Cannonball Adderley y su mística forma de interpretación, un combo impresionante para una obra aún más increíble.
Tracklist
1. So What (Recomendación 5 Estrellas)
2. Freddie Freloader (Recomendación 5 Estrellas)
3. Blue In Green (Recomendación 5 Estrellas)
4. All Blues (Recomendación 5 Estrellas)
5. Flamenco Sketches (Recomendación 5 Estrellas)
Track By Track Momentos Cumbre
Bruma y penumbra, luz y claridad, dos polos opuestos hechos canción, los acordes que van desde un Mi7 al Re7 y el intro de jazz más famoso hace su aparición, Bill Evans en un diálogo con Paul Chambers, ¿que esperas de un intro de el disco más increíble de jazz?, un modo dórico melancólico, el sello de la música clásica hace su aparición por primera vez en el género, porque So What? es tan épica, mientras Evans y Chambers establecen un diálogo conmutativo con dos acordes, entrelazan notas que se comunican el mensaje para que la trompeta mágica con sordina Hammond de Miles Davis aparezca después de ese diálogo, So what? Eso dicen las dos notas, tanto en acorde como en nota de melodía, la batería de Jimmy Cobb se sitúa muy atrás en el sonido, el papel que desempeña inicial es el de marcar con una mínima percusión esa entrada de Davis, ¿porque se vuelve tan densa esa entrada? El Mi7 le confiere un estatus de elegancia mientras el remate de Re7 trae consigo la redención, solo dos acordes hasta que Davis comienza una melodía de apenas 3 notas por compás, no se necesita más, la música solo necesita de elementos de silencios y compases tan finos que toda extravagancia queda hecha de lado, Davis entrelaza una historia que transcurre como un río que va de un lado a otro del estuario, fluye como una oda rítmica sin trabas, es elegante pero es contundente, es melancólica porque los acordes en séptima son de raíz de Blues, el cambio de modo se alcanza después del primer solo de Miles Davis quien cede la batuta al maestro John Coltrane con su saxofón tenor, es una melodía aparte que se conjuga con las notas ahora en modo Mixolidio del maestro Bill Evans, el bajo es más potente que la trompeta en este punto, no es una competencia, es una muestra de redención y de homenaje, la capacidad recitativa de Coltrane alcanza su punto más alto cuando le pasa la estafeta a Cannonball Adderley que aparece tras la sombra de la estela sonora que ha dejado Coltrane, Addlerley mucho más técnico no se le da una improvisación en la primera y única toma, solo retoma lo que Coltrane le dejó para continuar con la misma línea melódica, So What? No solo es magia, es la canción que sella un periodo para dar paso a otro, es un puente histórico en la forma de entender la música, es magia, es pretensión, es todo lo que el jazz esperaba.
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