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Disco Rock en Inglés del Año 2023

  • Foto del escritor: By Joshua
    By Joshua
  • 31 dic 2023
  • 10 Min. de lectura

1.     Causin de Wilco

Wilco tiene un estatus de banda de culto, Jeff Tweedy es ya un ícono musical plenamente identificable y este disco solo los ubica dentro de un politburó al que ya accesan cada vez menos, la música de Wilco es madura, ecléctica, bien pensaba y bien planeada, bien ejecutada (en vivo son aún más virtuosos) y todo ese talento que desbordan lo terminan plasmando en discos como este, que son una verdadera joya, del ya muy lejano año de 1994 solo sobreviven a esta aventura Tweedy y su compañero bajista John Stirrat, hay grupos que deben de ser considerados ya patrimonio musical y uno de ellos es esta banda de Chicago, el treceavo disco de estos músicos es impresionante, desde la primera canción, una balada rock experimental llamada Infinite Surprise sabemos que estamos emprendiendo un viaje sonoro hacia lugares insospechados, esa percusión exacta como un reloj obra del baterista Glenn Kotche sirve de preámbulo para que aterrice la guitarra de Nels Cline (uno de esos guitarristas de época sin lugar a dudas), desde ese tema se anticipa algo que va más allá de un estilo, es estilo a lo Wilco que está presente en temas como Ten Dead, o en la épica Evicted (con aires de su disco Yankee Hotel Foxtrot), hay otras canciones que tienen una carga de inventiva como los punteos de guitarra de A Bowl And A Pudding (con esa pasmosa habilidad de transitar entre escalas, de formar coros con eco sobre una letra minimalista), en Sunlight Ends hay una prístina belleza en todo el tema, desde la base de percusión electrónica, hasta los contrapuntos de piano y sintetizador (obra del maestro Pat Sansone) y una letra infinitamente hermosa, es quizás la complejidad con la que componen lo que hace que se perciba ese aire de músicos maduros que ya no buscan la trascendencia porque saben que ya están ahí, en Pittsbugh elaboran a partir de una raíz melódica acústica una canción nostálgica y llena de matices complejos, en Cousin y Levee tienen la virtud de encontrar un camino que va desde la percusión mínima hasta la grandilocuencia, Wilco es una bandota, es un grupo que ya está bien establecido en un estatus al que no deben de bajarse, su música es inteligente, es acertada, esta llena de inventiva, toda tiene su sello y es parte de un bagaje contemporáneo al que afortunadamente todos tenemos accesibilidad, disco del año de rock en inglés sin duda alguna.



2.     This Is Why de Paramore

Una de las bandas favoritas de la actualidad en este complejo mundo musical, habrá quien diga, no esto para nada es música rock o ya está muy lejos de serlo, la realidad es que Paramore es de esos proyectos que lo mismo encaja en un festival como headliner o como una banda novel que encanta a quien lo escucha y se queda enganchado en la memoria auditiva desde el primer track, no es para menos, estos nativos de Tennessee son un power trio que desde su álbum debut All We Know Is Falling del 2005 ya hacía ruido y comenzaba a tener un fandom leal a su música, desde el primer tema ya se vislumbra que este álbum será épico en This Is Why hay un torbellino de sonidos que parten de una base rítmica compleja del baterista Zack Farro y esos coros a tres voces que siempre son el sello de la banda, en The News (un tema épico y musicalmente grandioso) hay motivos de guitarra complicados que ejecuta de forma impecable el maestro Taylor York, que reposan sobre una batería a toda velocidad, la voz de Hayley Williams luce por su forma tan práctica y sencilla de ir de lo vocal melódico a los gritos con una capacidad que muy pocas cantantes en el rock actual poseen, como se hace evidente en Running Out Of Time (con un manejo de la métrica y la dicción enorme) o en C’est Comme Ça donde la letra se torna complicada pero hace un manejo vocal impecable, hay baladas mucho más lentas y melodiosas como Big Man, Little Dignity o Liar y otras con un intro de sintetizadores como en Figure 8, este disco es una obra maestra, Paramore no solo hace música poderosa que contagia, como ese himno rockero de estadio que es You First o ese ejercicio de introspección que es Thick Skull, este álbum es una muestra que algo del rock de la vieja escuela sigue estando presente con este trio de músicos geniales.


3.  O Monolith de Squid

Monolito. Bloque de piedra sólida de una sola pieza de dimensiones variadas, así como es la definición de esa palabra, así es el estilo de esta bandota inglesa, Squid es un grupazo, uno de esos proyectos que siempre tiene un disco que trasciende, desde Brighton, Inglaterra encabezados por el baterista que también es cantante Ollie Judge, la voz tan profunda de Judge sirve de vanguardia para una banda que también tiene un par de guitarristas que saben ir de la distorsión a la sutileza y pasando por las bondades de los contrapuntos, desde la inicial y frenética Swing (In A Dream), uno de esos temas que tiene de todo, desde un inicio contundente hasta arreglos de instrumentos de viento, los guitarristas Louise Borlase y Anton Pearson saben ir de la calma de una melodía como en Devil’s Dean, hasta el frenesí desbordado del rock en The Blades (esos interludios son memorables), aquí todas las canciones tienen ese algo que buscamos cuando escuchamos música, algo que nos atrapa, que nos sujeta como una balsa al maremoto, Squid tiene un sonido Bristol y también algo de progresivo, melodías difíciles, tiempos complejos en piezas como Undergrowth, canciones accesibles como Green Light, excelente disco de estos británicos que hacen música inteligente, música para pensar.



4.     The Battle Of Darren de Blur

Con un acervo musical que ya se extiende por más de 3 décadas, Blur es una banda consagrada que ya no tiene nada que demostrar, formada en el año de 1988 cuando el rock británico vivía sus mejores épocas y extrañamente les tocó el cambio generacional del verdadero rock británico ochentero encabezado por The Stone Roses y Charlatans, a un híbrido entre el rock de guitarras por un lado (léase Oasis) al rock popero con toques de electrónica (léase desde ellos mismos a The Verve y demás), como sobrevivientes de una época muy distinta donde los discos eran obras de arte conceptual han sabido ubicarse en el papel de patriarcas en un entorno hostil y por demás escrupuloso, aún con todo eso, este disco es un deleite, James, Coxon, Albarn y Rowntree son cuatro músicos en plenitud, aquí la edad no importa, hacer canciones llenas de inventiva es algo que los caracteriza ya desde el disco pasado (el entrañable The Magic Whip) y queda plenamente demostrado desde el primer track, The Ballad es eso precisamente, una hermosa balada con todo y coros a varias voces, Albarn cantando como un crooner de una época distante, como si el tiempo se hubiera detenido en la era donde hasta las armonías corales tenían que estar afinadas, el pasado rockero muy a la Think Tank está presente en St Charles Square (no es que el rock de guitarras no les salga, simplemente ya no es su fuerte), en Barbaric siguen con la línea de sintetizadores y guitarras con melodías de guitarra que se asoman de vez en cuando, ese tema es la joya escondida del disco, un single que llegará lejos en este mundo de sencillos que se olvidan a la semana, en Russian Strings construyen una balada sutilmente sobre acordes de piano, hay momentos que se pueden considerar de alto alcance como en el tema The Narcisist que fue el primer sencillo del disco, un tema que se escuchó bastante a nivel global y que engloba varias de las virtudes de Blur en sus últimos trabajos, un disco muy sólido, más cercano al pop de inicios del milenio que a lo que la banda tuvo en sus inicios allá por la década de los 90’s, músicos maduros en etapas de sus vidas muy diferentes, una banda que pasan los años y siguen teniendo esa magia al componer.


5.     Every Loser de Iggy Pop

En tiempos donde el verdadero rock parece perderse en sus vertientes más poperas siempre hay algún héroe de los 70’s o 60’s que está dispuesto a rescatar su esencia y este año hubo varios músicos de antaño que salieron de sus retiros con esa premisa, este disco del maestro James Osterberg mejor conocido por su nombre artístico como Iggy Pop fue el que tuvo el místico encargo de apuntar a las viejas formas de un género que cada año parece sufrir más y más por destacar, desde la primera canción del álbum, la poderosa Frenzy, clásica canción rockera de guitarra, bajo y batería a la vieja usanza (intro, verso, coro, verso, coro y final, asi de sencillo), Iggy Pop no se complica, puede ir desde esas piezas de rock crocante a otras mucho más propositivas como Strung Out Johnny (un rock más neo millenial), incluso aventurándose a tracks más calmados como en New Atlantis (pieza que inicia con motivos de piano y sintetizadores), siempre encontrando el camino de regreso para canciones más tradicionales como en Modern Day Ripoff (con un solo de guitarra extraordinario y un trabajo de percusiones destacable), o en New Punk (otra pieza incendiaria a mil por hora, acordes básicos y una batería efectiva, no se necesita más), un disco que cumple con su misión, hay piezas de rock de todos los estilos, incluso hay espacio hasta para una balada introspectiva en Morning Show, Iggy Pop es de esos músicos que el tiempo parece no hacerle mella, un sobreviviente de otras épocas que como un buen guerrero antiguo, siempre tiene un último golpe por dar.


6.     Pretty Vicious de The Struts

¿The Strokes? Nah, de esa banda ya nadie se acuerda, estos son Ingleses y están en su mejor momento, los grandiosos Struts, desde Derbyshire, justo en el corazón de la isla británica con una propuesta de rock de la vieja escuela, muy emparentado con el glam rock americano de los 90’s, canciones que hablan de alcohol, vicios, vida divertida pero, con ese toque de elegancia inglesa, un híbrido entre el rock glam y sus excesos pero narrados por gente bien, que sabe interpretar, componer y tocar, que además cuenta con uno de los grandes frontman de la escena rock en la persona de Luke Spiller, el disco inicia con un tema apoteósico, la grandiosa Too Good At The Rising Hell es un ejercicio musical impecable, se escucha como una pieza antigua del museo del glam y da paso a una de las mejores canciones de este álbum, la tremendamente genial Pretty Vicious, un tema de esos que tiene de todo, una base rítmica perfecta, acordes de guitarra bine ubicados, un coro pegajoso, contrapuntos de piano y un solo de guitarra discreto pero efectivo, no cabe duda que por eso fue lanzado como el primer sencillo del álbum, pero contrario a lo que se piense no es el mejor, la joya escondida de este trabajo es sin duda Rockstar, otro de esos tracks que esta ubicado para no dejar caer el nivel de una obra, un tema que tiene un alcance impresionante, guitarrazos por todos lados, coros efectivos y sobre todo una actitud desenfadada, hay otras muy buenas piezas como Remember The Name, o la muy buena Better Love, un trabajo intenso, ideal para estos tiempos acelerados que vivimos.



7.     PetroDragonic Apocalypse; or Dawn of Eternal Night: An Annihilation of Planet Earth and the Beginning of Merciless Damnation de King Lizzard And The Lizzard Wizard

Rock entre psicodélico y hard rock, una banda de culto que cada año nos sorprende, o tiene discos que son completamente experimentales o tiene otros que pasan más bien por una obra conceptual, este es un ejemplo del último caso, rock duro, áspero, que contrasta con el último material de este mismo año (el mucho más progresivo The Silver Chord que salió apenas unos meses después), ¿será que KG&LW es la band de rock más prolífica de nuestro tiempo? Pues la respuesta es un rotundo si, nadie tiene una producción musical de este calibre, ni tantos discos tan diferentes, lo mismo les da por la exploración de armonías microtonales, que por incorporar las polirritmias, este trabajo tan alucinante es una obra concebida bajo esas dos premisas, en menos de 50 minutos y siete canciones que van a velocidades descomunales nos narran una historia apocalíptica, que va desde letras de motores poseídos en Motor Split (con un ejercicio de percusiones impresionante), a cuentos de asesinos robóticos seriales en Supercell, o de pocioness y brujería en Witchcraft, o de reptiles gigantes en Gila Monster (tema de guitarras poderosas y melodías microtonales) y Dragón (donde el despliegue de bajo es sorprendente), esta banda de australianos virtuosos aún tiene mucho más por darnos.



8.     Space Heavy de King Krule

¿Esto es rock? ¿O es post punk? ¿Electro rock?¿O que rayos es? Una banda que es bien dificil de clasificar, de un proyecto personal que emana de la mentes prodigiosa de Archy Ivan Marshall, músico inglés que además es productor y arreglista, lo mismo le da hacer baladas de guitarra y percusión como en la inicial Filmsier que hacer canciones completamente rockeras con una base de bajo que se repite como en Pink Shell o temas mucho más amenos y accesibles como en el sencillo Seaforth o baladas de desamor acompañado solo de su guitarra saturada de chorus y vibrato como en This is My Life, This Is Yours (con algunas notas distorsionadas de saxofón que le dan ese toque mucho más interesante), un experimento arriesgado que sin duda causa emociones diversas en quienes lo escuchan, hay una colaboración muy interesante con la cantante Ravenna en un track llamado Seagirl que es muy recomendable (con esos versos en contrapunto con coros), música arriesgada para quienes buscan algo más que rock tradicional, aquí hay un poco de variedad.


9.     The Window de Ratboys

Seattle es la cuna del grunge, también es desde siempre el epicentro de la disidencia del rock americano, en los 90’s sus músicos eran la vanguardia, y ellos lo sabían, encontrar herederos de esa tradición sonora es difícil en estos tiempos y encontrar bandas que hagan grunge o algo parecido lo es más, pero siempre hay algunos grupos que reivindican al rock hecho con guitarras, muy lejos de ahí en la ciudad de Chicago se formó este grupo, The Ratboys ya llevan un buen rato en la escena y en este año editaron este disco que es genial, no solo porque la voz de Julia Steiner es capaz de gritar versos rockeros en canciones como Make Noise For The Ones You Love o ser sutil y encantadora en baladas rock prototipo como en Morning Zoo (con un arreglo de arpegio muy adecuado), el guitarrista Dave Sagan muestra todo el poder en canciones como Empty o en Break, hay líneas de bajo contundentes y muy complejas en piezas más introspectivas como No Way, un disco extremadamente ameno, tiene distorsión pero también hay sutileza, es altamente recomendable.


10.  Heavy Heavy de Young Fathers

Desde Escocia, una banda ecléctica, con una inventiva impresionante, el grupo liderado por Alloysius Massaquoi tiene esa enorme virtud de hacer música que combina el rock tradicional con la música de raíces africanas, como es evidente en canciones como Rice, o temas un tanto más tradicionales de guitarra, bajo y batería en I Saw o en Tell Somebody, incluso llegando a extremos mucho más tranquilos con coros tribales como en Gerónimo o en Ulalation, esta mezcla súper intersante de ritmos es una propuesta arriesgada en una época donde el rock tradicional a veces se aleja de otras vertientes sonoras que vale mucho la pena descubrir.

 



 
 
 

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