1. Time Skiffs de Animal Collective
Con una trayectoria exitosa y más de que demostrada, con una formación de cuatro eminentes músicos, todos talentosos, todos multi instrumentistas, todos eclécticos y comprimetidos con un proyecto que nació grande y sigue siendo grande, ya con una docena de discos y con múltiples mutaciones en su sonido, la banda formada por David Portner (Avey Tare), Noah Lennox (Panda Bear), Josh Dibb (Deakin) y Brian Weitz (Geologist) siempre ha innovado y este disco no es la excepción, desde el épico comienzo con la descomunal pieza Dragon Slayer, una oda medieval que nace del primer verso y es llevado con cada nota a niveles épicos, casi como una epopeya, en Car Keys la obstinación por crear melodías espaciales con tintes atmosféricos los llevó a imaginar un ostinato de sintetizadores que se funde con una base rítmica llena de color, pero Animal Collective no solo es innovación y psicodelia, también sabe narrar historias con el hilo conductor de la música como en Prester John (un tema que fue lanzado como sencillo de este álbum), donde la historia sobre el inclemente paso del tiempo da pie a un desarrollo musical impresionante, en Strung with Everything una secuencia muy extraña y alegórica de guitarras y sintetizadores abre paso a un ritmo alegre que se encontraba escondido y oculto en ese mar de psicoldelia, hay tantos temas buenos en este disco donde ya sabemos que la bandera de la experimentación ondea en cada lugar y con un alcance como pocos, es una obra que nos deja queriendo más, una obra muy compleja con temas que nos invitan a explorar rincones sonoros a los que no habíamos llegado antes, en Cherokee hacen un sampleo muy atinado con una canción clasíca de Harry Owens (la entrañable To You, Sweetheart, Aloha), un gran trabajo musical que vale mucho la pena escuchar.
2. Lucifer on the Sofa de Spoon
Spoon es una banda consagrada ergo, no tiene nada que demostrar, sin embargo han pasado ya más de 10 discos y estos texanos siguen haciendo música demasiado buena, con una calidad e inventiva que siempre los hace estar vigentes y este disco pone de manifiesto esa cualidad, desde el primer tema, el grandioso Held, la banda liderada por Britt Daniel elabora una especie de rock clásico con todo y el riff repetido hasta el cansancio del guitarrista Alex Fischel, en The Hardest Cut una percusión compleja del baterista Jim Eno(que nada tiene que ver con Brian Eno) da la bienvenida a un tema extraordinario de rock puro con un solo de guitarra extraordinariamente ejecutado, la voz de Britt Daniel es capaz de dar matices de crooner y de rock star y eso lo pone de evidencia en el desarrollo vocal de The Devil & Mister Jones otro de esos temas que parecen salidos de un disco de mediados de los 60’s con todo y sus armonías sencillas pero contundentes, ¿alguien en este universo se negará al encanto de un rock de 4 acordes? La verdad lo dudo mucho y menos con esa facilidad que tienen de empezar un tema, volverlo cantable, agradable y memorable con un riff de guitarra (uno más, así super pringoso, ¿porque no?) y con una sección de vientos que le da ese toque aún más clásico, un disco que transcurre con una normalidad pasmosa, va fluyendo en los altavoces en piezas como la muy agradable Wild (con unos contrapuntos de guitarra impresionantes), en My Babe elaboran un tema entrañable, hermoso, con un alma acústica que de repente adquiere poderes de super tema rock, es tan la sucesión de eventos que ocurren aquí que no hay espacio para la duda, Spoon sabe como convertir un tema melodioso en un himno de estadio en apenas unos segundos, Feels Alright se siente ligero y volátil y sin embargo también es una canción que nos deja bastantes buenas sensaciones, incluyendo esos acordes con piano que lo acompañan, hay un tema en particular que llama la atención, en Astral Jacket crean un tema muy atemporal, parece un tema extraido dee The Hollies o de Bread en los 70’s, los coros acertados en una combinación hermosa de voces que se tornan aún más elegantes al utilizar un Mellotron de fondo y esos acordes arpediagos al piano en el tema más sentimental del disco, este álbum es completo en todas y cada una de sus piezas, quizás los más puristas del rock clásico gusten de las guitarras por doquier y de canciones mucho mas intensas, habemos un sector de los fanáticos que aún creemos que el rock rescatará la música y este disco de Spoon es una pequeña muestra que el rock no ha muerto.
3. A Light for Attracting Attention de The Smile
Una super banda, con un super productor, con los recuerdos y nostalgia noventera, un fandom que siempre está ahí apoyando todo lo que venga de ellos, eso es The Smile, un proyecto que nace de la mente creativa de dos mounstros de la música moderna, Tom Yorke y Jonny Greenwood y de la inventiva y omnnipresencia del Rey Midas de las mezclas y la producción, el grandioso Nigel Godrich, las raíces rítmicas del baterista Tom Skinner quedan más que de manifiesto en temas llenos de tesitura de jazz como lo son The Opposite, una canción con un altísimo alcance en la batería, la guitarra de Jonny Greenwood y el bajo de Yorke, si bien sus letras son a veces un tanto metafóricas y llenas de alegorías sirven bien para amalgamar esos sonidos frenéticos, The Smile está a años de distancia de Radiohead, hay algunos visos de similitud en temas como Pana-Vision o en Speech Bubbles, la canción insignia de este álbum es The Smoke, un tema que parte de una base melódica de bajo extraoedinaria a la que se suman elementos musicales complejos, ambos con esas ya tan características secuencias de sintetizadores y la voz de Yorke cantada de forma melancólica y tranquila, hay temas de frenético ritmo y extraordinaria conjunción de elementos electrónicos e instrumentales como en Thin Thing o en la progresiva Waving a White Flag, es atinado tener tantos proyectos alternativos a Radiohead para Thom Yorke, quizás el tener de aliado musical a la mente más creativa de la banda como comparsa para este experimento sonoro sea un acierto, es por eso que es tan interesante escuchar este disco, nos aporta demasiada experiencia sonora al bagaje ya de por si muy completo de estos genios musicales contemporáneos.
4. Dropout Boogie de The Black Keys
Uno de los álbumes nominados para el Grammy de este año es esta joya de una de las bandas más prolíficas de la escena rock del presente siglo, tan incónica es su forma de componer canciones que es muy dificil que su fórmula falle, un aire retro tan marcado, instrumentación minimalista, vocalizaciones acertadas y esa mística de boogie hacen que The Black Keys siempre sean reconocidos por trabajos impecables como este que es el onceavo disco de su trayectoria, el dúo del guitarrista Dan Auerbach y el baterista Patrick Carney tuvo como premisa para este álbum el colaborar con connotados músicos que aportaron no solo su sonido sino también su esencia en temas grandiosos como Good Love donde fue invitado el genial Barry F Gibbons de ZZ Top para acompañar con su guitarra mágica los acordes y percusión de The Black Keys, por si fuera poco el músico de country Sierra Ferrel acompañó en las voces en la pieza Your Team Is Looking Good con un resultado por demás acertado, en For the Love of Money el pianista Ray Jacildo con su órgano Hammond le da ese toque western a un tema que ya tenía un núcleo campirano y del oeste, hay temas que son tan característicos de la banda que tienen esa esencia del dueto y que hacen relucir la inventiva de Auerbach con la guitarra como en Burn the Damn Thing Down o en Baby I'm Coming Home, otro buen disco de esta banda que nos ha acostumbrado de la mejor forma a música de calidad y alcance más que demostrados, larga vida a las Llaves Negras.
5. Omnium Gatherum de King Gizzard and The Lizard Wizard
Veinte discos, experimentación pura, una de las bandas mas impresionantes de los últimos tiempos con el segundo de cinco álbumes que salieron este año de esta agrupación de genios australianos que sencillamente no conocen límites, ¿que diferencía a este disco de todos los demás de KG&LW?, bueno este álbum tiene un guiño al hip hop que quizás es uno de los pocos géneros que no habían cubierto en tan extensa discografía, cerca de doscientas canciones en más de 10 años de carrera es una producción increíble, creo que nadie en todo el universo musical es tan ubérrimo, pero más allá de todo, pese a tan intensa actividad musical, sigue siendo una agrupación que continua impresionando, dieciseis temas llenos de atmósferas tan diversas que no hay, es muy complicado definirlos o encasillarlos y a veces hasta describirlos, tan solo imaginen que su primer tema llamado The Dripping Tap es una odiseea de casi veinte minutos de pura psicodelia y experimentación, la dupla de Ambrose Kenny-Smith y Stu Mackenzie son quizás la más prolífica en la historia del rock moderno, en Magenta Mountain y Kepler-22b el entorno musical tiene como eje el dream pop y una especie de jazz espacial bastante agradable, los momentos memorables ocurren cuando en Sadie Sorceress y en The Grim Reaper incorporan elementos del rap más tradicional y hip hop con bases contundentes, esta simbiosis es tan extravagante y tan natural a la vez, contrasta definitivamente con todo lo que se había hecho con anterioridad, los KG&WL son tan eclécticos que lo mismo componen canciones muy melódicas llenas de ritmo como en Presumptuous (con ese ritmo afro caribeño) o Red Smoke con sus formas llenas de nostalgia setentera, esta banda siempre ha desbordado talento, quizás tanto que a veces nos es complicado seguirles la pista, este 2022 hicieron la proeza de editar 5 discos, por increible que parezca todos son tan buenos que es asombrosa su capacidad de crear música tan compleja a veces, enorme disco.
6. Supernova de Nova Twins
Sería un auténtico pecado no mencionar dentro de lo mejor de este año a este dueto londinense de dos super mujeres que son pura energía y sobre todo fiereza, la vocalista Amy Love y la bajista Georgia South, quienes se hacen acompañar de diversos bateristas de sesión, sin embargo su esencia como dueto no solo las hace especiales sino también muy versátiles, dominando casi todos los subgéneros del rock como el punk que se hace presente en piezas como Fire & Ice o un rock más clásico en Antagonist o visos de un metal en una gran cantidad de temas como los poderosos Cleopatra y K.M.B., hay algunos temas un tanto más metaleros como lo son A Dark Place for Somewhere Beautiful (un tema que además de ser muy bueno cuenta con armonías vocales muy interesantes y bien logradas), incluso se aventuran a incorporar rap y algunos versos más recitados que cantados con un fraseo contundente como en Choose Your Fighter, una banda que ya en su segundo album sigue demostrando un poder musical impresionante, un dueto femenino de altos vuelos y con una enorme perspectiva a futuro.
7. The Loser de Gospel
¿Quieren rock crudo sin ataduras y lleno de coros rasposos, riffs contundentes y sobre todo, ese toque ceremonial que solo puede darle un órgano Hammond a la música?, pues entonces este álbum (de una de las bandas neoyorkinas de mejor proyección dentro del círcuito de rock de la costa este) va a encantarles, Gospel suena justo a eso, a un sermón, su música tiende a lo ceremonial con una raíz punk demasiado marcada, es casi como una cicatriz profunda que une dos formas de expresión, por un lado la furia desmedida de sus canciones y por otro lo ostentoso de sus coros y líricas, aquí no hay medias tintas y eso queda plenamente demostrado en piezas tremendamente poderosas como lo son Deerghost (con un despliegue técnico abrumador del baterista Vincent Walter Roseboom) o el track inicial donde el sonido de sintetizador de Johnathan Andrew Pastir transforma a Bravo en un track mucho más profundo y esotérico, siendo Gospel un híbrido entre una banda de metal, punk y progresivo, clasificarla es un tanto complicado, pero la enorme vertiente de sonidos eléctricos potentes y la voz rasposa de Adam Edward Dooling le dan un sello abrumador y contundente, esa magia dentro de la brutalidad está presente en tracks como White Spaces (con un mar de guitarra de fondo y esos contundentes metal blasts) y en la entrañable Tango, aquí hay rock progresivo, rudo, rasposo, virtuoso y llenador, una banda ampliamente recomendable en su segundo disco después de una historia de ires y venires de sus integrantes, definitivamente uno de los mejores discos del año.
8. Cub de Wunderhorse
Este disco es una película de la nostalgia y del dolor ajeno, Jacob Slater es un músico impresionante al que poco o nada le importan los reflectores (o quizás la ausencia dentro de los mismos) es por esa aura que tiene tan mística que se ha vuelto un músico del que se solo se habla de boca en boca, de esos que no necesitan parafernalia, apenas 24 años, un corazón y una banda rota, un pasado de excesos, drogas y auto destrucción que se reflejan en su música, Butterflies es el inicio de estos salmos aderezados con la agudeza de su guitarra corta el aire cual navaja de afeitar sobre el inmaculado rostro de un adolescente, esos acordes con exceso de chorus enmarcan letras que poco o nada tienen que ver con la felicidad, acá el dolor esta presente y se siente y se respira, un golpe casi de nocáut pero que se detiene en seco con la muy neilyounguesca Leader Of The Pack (que fue uno de los pocos sencillos que se lanzaron de este disco), una pieza que si lo encumbra como líder, lo enaltece como guitarrista y lo ubica en su propio universo de festividad y delirios post adictivos, el es el líder de su propia manada, pero ya cuenta con muchos acólitos que lo han seguido de bar en bar en las alcantarillas londinenses, buscando solamente curarse poco a poco de su vida agitada de casi un cuarto de siglo, personalidad le sobra y sabe lidiar con ambientes sonoros de minimalismo con su guitarra y voz como en la grandiosa Purple y poco o nada le importa hacer la transición hacia los guitarrazos en otras como Teal o Mantis hasta llegar a una especie de catarsis en la muy autobiográfica Morphine (con una guitarra que suena tan celestial que apenas se asoma la letra tan destructiva que la antecede en esos versos muy dolorosos), este disco se disfruta en las rocas, unos hielos, un whiskey y que el mundo ruede, Jacob Slater un músico que nos volverá a sorprender.
9. Endless Rooms de Rolling Blackouts Coastal Fever
Desde Australia, porque no todo es Tame Impala y esta banda de Melbourne lleva ya casi una década haciendo ruido y buena música, iniciando como un proyecto muy Lo-Fi ahora es una sofisticada agrupación que tiene como premisa hacer arte con un estilo y sello propio, las guitarras de sonidos breves pero llenas de energía de los guitarristas Fran Keaney, Tom Russo y Joe White tienen como virtud complementarse cual piezas de rompecabezas para formar un tridente sonoro, tal cual se escucha en un ejercicio rítmico muy atinado en el tema Tidal River, en The Way It Shatters el frenético ritmo de la canción encuentra reposo en las armonías vocales triples de los guitarristas en un entramado lírico increible, en My Echo la base rítmica del baterista Marcel Tussie combinada con el bajo preciso de Joe Russo dan forma a un tema rock muy clásico, hay solos de guitarra extraordinarios, uno en el tema Dive Deep y uno más en Vanishing Dots, un disco bastante agradable fragmentado como una obra de 12 temas veloces y vertiginosos llenos de ese espíritu rockero que tanto se necesita.
10. Eraser de Long Distance Calling
Desde Munster, Alemania una banda que tiene demasiado talento con una especie de grind rock mezclado con hard y metal, también con ciertos toques de rock clásico, y esa tremenda y cada vez más ausente virtud de elaborar música instrumental, estos alemanes que han estado haciendo ruido desde el 2016 tienen demasiadas credenciales musicales, desde la elaboración de riffs portentosos en temas como Blades o Kamilah, hasta pasajes sonoros impregnados de nostalgia y ambientes mucho más orquestales como en Sloth (una maravillosa canción que contiene un arreglo de metales impresionante que encaja a la perfección en el ambiente sonoro de la sección rítmica que entablan el baterista Janosch Rathmer y el bajista Jan Hoffmann), hay temas de desarrollo vertoginiso como la implacable Giants Leaving, un disco con un desarrollo in crescendo que eencuentra su cenit en la última pieza del álbum, la enorme Eraser, un portento de más de 10 minutos de duración que conjuga no solo la esencia de la banda sino quizás todo el sentido épico de un proyecto musical como pocos existen en el mundo occidental.
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