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Discipline de King Crimson

Un Disco Cambió Mi Vida XXIV


La obra maestra de King Crimson que los hizo renacer en un mundo que ya no apreciaba el progresivo, un trabajo lleno de virtuosismo y elegancia, Robert Fripp se erigió como el estandarte de una agrupación que ha cambiado tanto a lo largo del tiempo y del que se han escrito tantas cosas, que es imprescindible rastrear el origen de tan imponente obra musical, era el año 1981 y de los pocos estandartes del rock progresivo, quedaban los rezagos de una era que empezaba a voltear más hacia el pop, a 28 años de su creación, un álbum que en el nombre lleva la esencia de su sonido.  


    Yo puedo recordar (Recuerdo), De pie junto a la pared (Junto a la pared), y las pistolas, disparadas por encima de nuestras cabezas (Sobre nuestras cabezas), y nos besamos, como si nada pudiera caer (Nada podría caer), y la vergüenza, estaba del otro ladoGurdjieff mostró el camino a seguir, hace más de doscientos años en los confines de la antigua República de Armenia, parte del vasto imperio Ruso, Gurdjieff tuvo como misión en la vida el escribir y difundir las enseñanzas del llamado Cuarto Camino, una doctrina que involucra no solo el autoconocimiento sino también la auto realización, el misticismo ha sido una forma de vida desde épocas inmemoriales, ha guiado las formas del pensamiento de varias religiones entre ellas el zoroastrismo, el islam, el hinduismo y el budismo, se ejemplifica como el ideal de perfeccionamiento tanto físico como espiritual, esta filosofía centra siempre sus ideas en las visiones de los iniciados, Gurdjieff fue uno de ellos, para él existen solo 3 caminos a seguir, el del faquir (un sendero lleno de vicisitudes y castigo, que provee al final la sabiduría de quien supo afrontar la adversidad) el camino del monje (una vía llena de sabiduría pero que necesita mucho tiempo para la realización y las metas solo se alcanzan tras años de meditación) y el camino del yogui (inspirado en el camino de Patañjali, el maestro iluminado que combina meditación con pruebas físicas, es de los tres el más complicado), el Cuarto Camino se sitúa entonces como una combinación de los 3, Gurdjieff era una mente iluminada, no solo influyó en el misticismo occidental por más de dos siglos sino sirvió también como una guía espiritual que trascendió a su propia época, casi un desconocido en el mundo moderno, ha sido un espiritista modelo para muchos, su forma tan ascética de ver la vida fue inspirada en la corriente Cristiana que encabezaron los míticos Padres del Desierto, establecidos como una vertiente del cristianismo árabe de mediados del siglo XII en lo que hoy constituye el territorio de Siria e Irán, su doctrina mística se basó en los principios de los Apotegmas, tratados sobre filosofía espiritual que fomentaban la paz interior, así como una constante introspección y un profundo sentido del arte abstracto, los Padres del Desierto influyeron de tal forma al arte del siglo XIX que las obras de Del Bosco y Salvador Dalí recopilaron pasajes de sus leyendas en pinturas (como en Los Elefantes, o El Tiempo por citar algunos) o de sus enseñanzas en tratados filosóficos de Gustavo Flaubert (en un texto llamado la Tentación de San Antonio) o de Anatole France (en su obra Los Dioses Tienen Sed) pero también esa forma artística de arte tan abstracto fue la raíz compositiva para la música de Paul Hindemith o del italiano Ottorino Respighi, sin embargo a pesar de todo ese bagaje, Gurjieff no solo fue una mente que retrató casi como una copia al carbón esa forma de ver la vida, el arte y sobre todo la enseñanza de los principios básicos que nos hace humanos, también fue el motor creativo que pudo escribir sobre estas bases y dejar un legado para la posteridad, la exigencia principal de esta doctrina es alcanzar la comprensión, es ir más allá de la forma, es llegar a la transformación, alejarse de lo simple sin olvidar que lo que realmente es digno de alcanzar siempre es la trascendencia, el ascetismo entonces se vuelve un modo de vida también para las demás religiones como el budismo a través de la conciencia del sufrimiento y en el islam a través del sufismo, pero más allá de todo, el alcance real de su obra mística no lo habría de conocer jamás, estamos en la ciudad de Estambul, capital de Turquía una mañana de verano de 1923, JG Bennet, connotado lingüista y profesor británico de filosofía hindú está por conocer al maestro Gurdjieff para aprender de el, dos de los sistemas filosóficos que son el eje de su doctrina, esa mañana el mundo occidental está por abrir las puertas del misticismo hindú, al Cuarto Camino y a toda la filosofía olvidada por los flemáticos y muy herméticos profesores de filosofía occidental cuyo epicentro de actividades eran las lejanas ciudades de Oxford y Cambridge, la vida de JG Bennet esta por cambiar para siempre, no solo fue un encuentro que le dejó absorto en el Teosofismo y el Antroposofismo, fue una unión entre dos formas completamente diferentes de entender la filosofía, dos mundos diametralmente opuestos colisionaron para dar forma a una manera distinta de entender el camino de la trascendencia humana y todas aquellas implicaciones sociopolíticas que esto trajo consigo, Gurjieff estaba por fundar su escuela de adoctrinamiento en París y JG Bennet permaneció en Constantinopla hasta la proclamación de la República ese mismo año, el destino siempre hace coincidir a las mentes prodigiosas que habrán de cambiar la historia, mientras JG Bennet regresaba de su encomienda militar del lejano Medio Este, Gurdjieff ganaba cada vez mas adeptos de su sociedad secreta, sin querer estaba sembrando la semilla que habría de crecer en un joven estudiante de guitarra nacido en el poblado de Dorsett muy dentro de la campiña inglesa, Robert Fripp es una figura casi totémica de la música contemporánea, en sus inicios a la edad de 11 años comenzó el estudio formal de la guitarra clásica, la Inglaterra de la postguerra era un terreno fértil para los virtuosos, Fripp fue una mente inquieta que fue dominando ampliamente los estilos básicos para desarrollar el propio muchos años después, ¿que define a un guitarrista? inicialmente es la técnica, posteriormente es apropiarse de un sonido único, aunque los que saben dicen que todo nace a partir del dominio de las escalas, de la precisión de las notas, de lo limpio de la ejecución, de la inventiva de los fraseos, de la peculiaridad de los sonidos, de la forma en la que se enlazan las ideas en apenas 6 cuerdas, la guitarra como instrumento protagonista de una banda de rock siempre ha tenido sus héroes, personajes muy técnicos como Alvin Lee, muy narrativos e intensos como Stevie Ray Vaughn, muy emblemáticos como Jimmy Hendrix, muy oportunos como Jimmy Page, muy complejos como Vito Bratta, muy efímeros como Randy Rhoads, muy distintos como Mathias Eklund, pero con Robert Fripp sucedió algo diferente, fue labrando su legado desde sus inicios en la incipiente pero mítica era del primer esbozo del Rey Carmesí, la banda más prolífica del progresivo inglés, el King Crimson de 1969 surgió como una necesidad casi personal, fue la amalgama de capacidades de un cuarteto que jamás volvería a pisar un estudio con la misma formación, en aquella ocasión el Rey estaba conformado por la crema y nata del progresivo inglés de finales de los 60’s, el baterista Michael Giles (una de las mayores influencias del baterista Neil Peart de Rush), el bajista Greg Lake (quien más tarde formaría junto con Ron Emerson y Brian Palmer la banda Emerson, Lake and Palmer) y el multi instrumentista Ian McDonald (quien más tarde formó la banda de rock pop Foreigner) ese primer experimento sonoro funcionó más como una fantasía onírica llevada al paroxismo que como una verdadera banda de rock, fue un inicio tan grandilocuente y fastuoso que ya advertía el espíritu místico de sus posteriores obras, sin embargo fue un diamante en bruto, Robert Fripp fue considerado después de ese trabajo como un músico innovador pero lejos estaba de crear un legado propio, fue en esa etapa cuando supo que la verdadera fórmula de la trascendencia vendría con el conocimiento profundo y a detalle del instrumento, pero más allá de todo, del análisis de sus propias capacidades, esa búsqueda constante en la introspección y de la transformación lo acompañaron siempre, tres años apenas de la salida del primer álbum de King Crimson, Robert Fripp fue invitado por otro genio de la música, Brian Eno (el grandioso músico conceptual y figura onmipresente de la industria desde mediados de los 60’s) quien lo invitó a colaborar con el para producir un disco de David Bowie (quizás el punto artístico más alto de Bowie), como músico de sesión Fripp estaba a las puertas de la fama, su trabajo fue elogiado por toda la crítica, pocos sabían que el trabajo real y la magia había estado en el estudio de grabación al crear sus famosas técnicas de loops y repeticiones, el autoconocimiento, el trabajo, la repetición, en una actividad casi como un mantra, notas que entran en un ciclo que persevera en el tiempo para dar un andamiaje que alcanzaba escalas estratosféricas, Fripp llevó esta forma de vida a otro nivel al fundar la escuela de autoconocimiento Guitar Craft, un auténtico club de iniciados en el arte de la guitarra que exigía al igual que el cuarto camino comprensión y disciplina, en aquellos años Fripp fue llamado por el genio David Bowie para tocar la guitarra en el cénit de su carrera solista durante la llamada trilogía Berlín y en el álbum Heroes dio muestras del enorme talento que estaba desarrollando, ese disco (que es técnicamente apotéosico) colaboró junto con otros grandiosos músicos para dar forma a una obra histórica, en la decena de tracks que lo conforman dio muestra de maestría y de esa forma tan característica de interpretación que combina una precisión técnica y una limpieza de ejecución nota por nota, Fripp fue el guitarrista principal en los otros dos volúmenes y se dio un encuentro con Adrian Belew, uno de los ejecutantes con mayores recursos del rock progresivo de mediados de los 70’s, después de esa unión, se daría la pauta para la conformación de la mejor alineación de King Crimson de todos los tiempos, trascurridos apenas cinco años a inicios de los ochentas, Fripp convocó a los mejores músicos para darle vida al proyecto más importante de su carrera, para las tareas armónicas del bajo llegó el virtuoso Tony Levin quien ya había trabajado también con Peter Gabriel en una serie de proyectos interesantes de finales de los 70’s (además que dotó del típico sonido del Chapman Stick a las intricadas melodías del grupo en formación), en las percusiones estuvo Bill Bruford, percusionista polirritmico que provenía de la escena jazz británica de mediados de los 70’s y que encontró en Robert Fripp un cómplice progresivo para sus extremadamente imaginativas estructuras y completaba el cuarteto el grandioso guitarrista Adrian Belew, famoso por su participación mediática y su ritmo impresionista en el instrumento, era el complemento perfecto para los mantras sonoros de Fripp, se requería el contrapeso melódico que solo Belew podría darles, el cuarteto ya estaba construido, la alineación perfecta que conjuntaba a cuatro genios en sus instrumentos, la banda poseía una fuerza sonora increíble, por un lado había melodías progresivas llevadas al extremo en la dupla Levin-Bruford y por el otro había una riqueza sonora en la combinación Belew-Fripp, toda esa magia se unió para darle vida a una obra artística que inició siendo una afrenta de un fugitivo de la guitarra que encontró su lugar, en una búsqueda que comenzó con un proyecto de rock sinfónico allá en los 60’s y que había pasado por tantas mutaciones a través de más de 10 años, desde el rock acústico con violines en Red y Starless and Bible Black (de 1974), desde el pomposo y extravagante disco inicial y la etapa sinfónica en In The Court Of The Crimson King y en In The Wake Of Poseidon (de 1969 y 1970, respectivamente), o los momentos inciertos en Lizard y en Islands, Fripp tuvo siempre la cualidad de subsistir con los sonidos de su guitarra todas las etapas y mutaciones de su banda, su proyecto y su vida misma, fue guiando sus pasos a través del escarpado y difícil ambiente musical, tal cual fue también encontrando su propio camino a través de una filosofía de vida inspirada en Gurdjieff, una formación espiritual mística que siempre lo orilló a la búsqueda de su auto realización, el Cuarto Camino obliga a sus practicantes a un ascetismo, a encontrarse a si mismos en una red compleja de sensaciones y pensamientos, Robert Fripp halló en este modo de vida la fórmula para la subsistencia, años después, estando en el estudio con Brian Eno y David Bowie grabaron una de las canciones más emblemáticas del glam rock de los 70’s, Heroes no solo es un himno generacional, contiene un fraseo de guitarra con el que podemos ubicar a Fripp como el epicentro de lo que siempre fue y será King Crimson, un enorme laboratorio sonoro que ha trascendido décadas y generaciones, hay quienes marcan un camino, pero hay quienes enseñan a recorrerlo, Fripp enfundado en su guitarra, los versos con la voz de Bowie de fondo, una descomunal pared sonora que, poderosa enaltece el sonido que sale de su guitarra cual cometa surcando un cielo cada vez más azul y más despejado, algunas canciones sirven para embellecer momentos, otras funcionan como catalizador de emociones, en el King Crimson de la actualidad las piezas sirven para enlazar instantes de vida que parecen diferentes unos de los otros, Heroes a pesar de que no es una canción de Fripp, se adueñó quizás del elemento más importante del rock, la guitarra es la huella digital de esa obra, es el blue print a partir del cual nace, crece y se desarrolla una letra para la posteridad, un sonido de fuga logrado a través de días y días de intentar un sonido, constancia, perseverancia, paciencia, el riff de guitarra es la traducción del Cuarto Camino a la música, esa es la marca que Robert Fripp le ha dejado al mundo, arpegios imposibles, sonidos extraídos de una mente genial, loops interminables y un dominio escénico sin precedentes, tal cual dice Bowie en uno de los versos de Heroes … Nadie nos da una oportunidad, pero podemos ganar, por siempre y para siempre y luego somos héroes, solo por un día.


Recomiendo a mis estudiantes que no sean profesionales a menos que realmente tengan que serlo, les digo: si te gusta la música, vende Hoovers o sé un fontanero, haz algo útil con la vida. La música es la copa que contiene el vino del silencio, el sonido es esa copa, pero vacía, el ruido es esa copa, pero rota.

Robert Fripp, lecciones sobre música en Guitar Craft


Ficha Técnica

Fecha de Lanzamiento – Septiembre de 1981

Discográfica – Warner Records

Productor – Rhett Davies


Recomendable Si Les Gusta

Another Green World de Brian Eno y Robert Fripp, Timecode de Patric Moranz y Bill Bruford, Flags de Bill Bruford, Twang Bar King de Adrian Belew, Oltre de Claudio Baglione y Tony Levin, Fear Of Music de Talking Heads, Lodger de David Bowie, So de Peter Gabriel y Hot Rats de Frank Zappa And The Mothers Of The Invention


    En el año 1981, Robert Fripp y compañía se dieron a la tarea de elaborar el mejor disco de la carrera de King Crimson, se conjuntaron en una fusión increíble de influencias, por un lado la vertiente rock de la mancuerna Bruford/Levin que encabezaron la parte armónica y toda la imaginación que añadía el espíritu libre de la guitarra de Adrian Belew más toda la parafernalia creativa de la guitarra de Robert Fripp, dieron como resultado un trabajo único y que después de 7 años de ausencia marcaron un antes y un después, el trabajo de producción estuvo a cargo de Rhett Davies quien le dio un sonido mucho más acorde a la época dorada del progresivo a una banda que estaba dejando atrás el rock sinfónico, de la época de los Talking Heads llegó el sonido percusivo de raíces africanas, de las colaboraciones de Tony Levin llegaron la esencia pop y el poli ritmo de sus contribuciones con David Bowie y con John Lennon, un disco que marca el inicio de la trilogía que inicia en Discipline, continuó con el disco Red de 1982 y culmina 1984 con el álbum Three Of A Perfect Pair, después de este etapa la banda no volvió a elaborar obras tan magníficas o al menos no del alcance musical que en este trabajo, es de alguna forma el pináculo musical que alcanzó el Rey Carmesí.


Título del Disco

Discipline iba a ser el nombre de la banda originalmente, pero Robert Fripp decidió continuar con el nombre de King Crimson, la historia oculta es que las sesiones de ensayos previos se volvieron cada vez más complejas y Discipline era el adjetivo perfecto para mencionar la forma en que se dedicaron a elaborar las piezas del disco.


Portada del Disco

El símbolo está inspirado en el Cuarto Camino en las enseñanzas de Bennet y Gurdjeff y en patrones de nudos Celtas conocido como eneagrama, al reducir el tamaño parece la cabeza estilizada de un león, aunque se menciona poco pero es parte del trabajo de diseño del estudio Impressions y fue elaborado en el año de 1975, el creador fue John Kyrk que recibió solo una mención en los créditos y una pequeña compensación por el uso de su símbolo para el disco.


Tracklist

1. Elephant Talk (Recomendación 4 Estrellas)

2. Frame By Frame (Recomendación 4 Estrellas)

3. Matte Kudasai (Recomendación 4 Estrellas)

4. Indiscipline

5. Thela Hun Ginjeet (Recomendación 4 Estrellas)

6. The Sheltering Sky

7. Discipline (Recomendación 4 Estrellas)

8. Matte Kudasai – Alternate Version (Recomendación 4 Estrellas)


Track By Track Momentos Cumbres

- El Chapman Stick de Tony Levin y la percusión de Bill Bruford dan inicio a esta obra de arte, Elephant Talk es King Crimson en su estado nuevo y sin límites, no es rock, es una obra conceptual que va desde lo experimental hacia lo inaudito, Levin usa una escala de Mi Menor para el intro, la ventaja inherente de usar un Chapman Stick es la versatilidad de sonido que le da a una melodía que se repite fulgurante durante varios segundos hasta que es empalmada con el arpegio en stacato de la guitarra de Robert Fripp, una progresión armónica desde Mi Menor pasando por La Menor y a un Fa sostenido le confiere una sensación de introspección, el ya conocido estilo de Fripp para ejecutar los arpegios da esa sensación de loop sin fin, la letra que interpreta Adrien Belew se construye como una especie de Cadaver Exquisito, donde utiliza solo palabras para enlazar sonidos, el cambio hacia Do natural en la parte del solo de guitarra de Belew es notorio e interesante, no solo se resuelve la condición de la armonía inicial, sino que cada uno de los integrantes puede improvisar en una escala mucho más básica, Belew siempre fue un maestro de la ejecución de sonidos onomatopéyicos, la imitación del barrito de un elefante es impresionante, en las versiones en vivo esta cualidad la explota a la par que va narrando una historia que carece completamente de una coherencia lógica, Elephant Talk es una pieza que deja una sensación de furia sonora y que no se puede dejar pasar por la forma en que se enlazan cada uno de los cuatro componentes, Bruford transita desde un clásico ritmo de 4/4 a una compleja estructura con aires africanos en el solo y los interludios, es una de las piezas más arriesgadas con la que un disco podría abrir y sin embargo deja un impacto sonoro indeleble para quien la escucha por primera vez.

- Una tempestad sonora inunda las bocinas con un ritmo que va a 142 bit por minuto, Frame By Frame es una lluvia torrencial de notas cortesía de la técnica conocida como Fripptonic, en las versiones en vivo es algo totalmente fuera de lo humanamente posible ejecutable, es un intro tan reconocible como icónico, después de ese arriesgado arreglo de guitarra la canción cae a un ritmo mucho más ameno, un compás de 4/4 es cambiado hacia un 7/4 donde Tony Levin ejecuta una escala cromática en el Chapman Stick y sus tan famosos acompañamientos con melodías suaves y evocadoras, ese cambio tan notorio en el ritmo hace que esta pieza sea un híbrido entre una canción atmosférica y una mucho más accesible, la otra particularidad es la riqueza en la percusión de Bruford, como el intro es algo que es casi imposible de seguir con un beat a esa velocidad, la forma en que acompaña el inicio de la canción es elegante y muy apropiada, usa un pad electrónico para dar un efecto de profundidad a la percusión lo que resuelve los espacios vacíos del ritmo, el final de la pieza es impecable, la forma en que Fripp y Belew combinan los contrapuntos de sus guitarras para resolver un dilema armónico que fueron trazando desde el inicio, hacen que el final sea quizás más interesante que el resto de la pieza, la letra es breve pero concluyente … Step by Step (Suddenly), Doubt by Numbers (from within), In Your, In Your Analisis.

- La pieza más introspectiva del disco es sin duda Matte Kudasai, una obra artística sin precedentes, tiene el antecedente de haberse planeado desde uno de los proyectos previos de Robert Fripp, una efímera banda llamada The League of Gentlemen, esa ópera prima apareció bajo el nombre de North Kudasai en el álbum de 1980 Exposure, existen dos versiones de esta pieza, la que está incluida en todos los álbumes de Discipline es la que no incluye el solo con overdub de Robert Fripp y en las versiones extendidas este solo aparece, la forma en que se construye es bastante interesante, la guitarra inicial de Fripp esta llena de notas en slide y eco, el bajo de Levin construye una estructura armónica sobre 4 acordes, Mi menor y Do sostenido menor para los versos y una alteración muy interesante para el segundo verso, agregan un acorde de Do disminuido y un La sus4, por lo que se puede escuchar muy claramente los efectos de Belew dan un efecto sonoro de aves marítimas, esta construcción semeja mucho a lo que años después haría Pink Floyd en su tema Marooned (del disco The Division Bell), la letra es una traducción de un verso en japonés que literalmente significa ‘por favor espera’, Matte Kudasai es una canción que debe de escucharse con los oidos y con el alma abierta, a veces las canciones sirven como un escape espiritual, son un enlace emocional entre las personas, Fripp y compañía logran esa conexión con esta pieza memorable.

- Si es que existe un tema débil en este disco sin duda sería Indiscipline, pero no es porque no logre el alcance de las canciones anteriores, Indiscipline es a veces complicada aún para los fans más absolutos del progresivo, la canción es una especie de collage sonoro que transita y muta de acuerdo a lo que Bill Bruford va dictando con su percusión, el solo de batería inicial es el eje sonoro y rítmico en toda la pieza, contiene matices de ritmos afroantillanos y africanos, va desde un ritmo desenfreando hasta pausas donde los demás instrumentos acompañan en un compás rarísimo (es un 15/8), la letra es sobre una conversación entre Adrien y Margaret Belew sobre una escultura que había realizado, tiene la enorme particularidad también de que la polimetría de ir de un compás 4/4 clásico hacia un 15/8 la vuelve ruidosa y áspera, es una típica canción de transición que prepara el terreno para las dos piezas más icónicas del disco.

- Thela Hun Ginjeet, el anagrama construido a partir de la frase Heat In The Jungle (de la jerga americana significa literalmente, te atraparon), la canción es de vértigo nuevamente, comienza con una frenética guitarra que marca un compás de 4/4 y que ejecuta solo 2 acordes (Fa sostenido menor y Mi Menor) Adrien Belew tiene la enorme virtud (y eso es algo digno de destacar y mencionar) de que puede cantar en un compás y ejecutar la guitarra en otro, el resto de los instrumentos van en un atípico compás de rock progresivo de 7/8, poco después de ese intro el bajo de Tony Levin comienza a elaborar una armonía que va también en dos notas, es un ritmo con una cadencia entre el funk y el calipso, la batería de Bill Bruford contiene una sección rítmica muy afroamericana caracterizada por el sonido de unos toms ajustados a medio tono y unas congas que lo acompaña, para grabarse tuvo que hacerse uso de la famosa pared del sonido, los solos de acompañamiento de Robert Fripp en el interludio hacen que la pieza se convierta en un auténtico carnaval de sonidos y con una paleta de colores muy amena, los riffs a toda velocidad del final de la canción hacen que este tema culmine con el famoso coro que se repite incesantemente como un mantra divino, es quizás el momento más impecable del disco, el virtuosismo está por todos lados en este estupendo tema, la letra consiste en grabaciones hechas por Adrien Belew con sus vecinos jamaiquinos y la policía del este de Londres.

- La famosa novela de Paul Bowles escrita en 1949, da el nombre a la única balada instrumental del disco, la entrañable The Sheltering Sky, un tema tan pecullar y tan propio del progresivo que destaca por su belleza y simpleza, Bowles es un autor de la generación Beat, el ritmo interminable de la combinación de las 3 notas del bajo de Levin con la percusión africana de Bruford y el entramado armónico de apenas 4 notas de Fripp dan todo el andamiaje que Belew necesitó para sus característicos solos agudos sobre la linea melódlca, es un tema muy extenso, camina muchas veces hacia la introspección, en otros momentos es arriesgado pero sin duda es un tema que contiene y abarca tantos matices que son aproximadamente 9 minutos de cadencia, elegancia y sobre todo virtuosismo. 

- El mejor tema del disco es indudablemente esta joya instrumental, un encoré digno de una obra de arte, hay que aprender a escuchar la grandiosidad de su sonoridad y más allá de eso lo extraordinariamente difícil que es tanto su ejecución como su planeación, Discipline es la mejor pieza de la trilogía del Rey Carmesí con la alineación Levin, Bruford, Belew y Fripp, iniciando con esos arpegios en contrapunto que Robert Fripp ejecuta sobre una base de compás en 5/4, la pieza aquí semeja a los trabajos minimalistas de Steve Reich en su época de sus famosos Contrapuntos Eléctricos, después la percusión de Bruford es impresionante, ese compás lo sostiene hasta un súbito y muy acertado cambio a un compás de 4/4 y un cambio de escala armónica, esta modulación hace que la sensación de salto a lo desconocido se preserve hasta una vuelta de regreso al compás inicial, el bajo de Tony Levin tiene también un papel preponderante al acompañar y funcionar como una tercera guitarra, después otro cambio de compás hacia un 6/4 termina por llegar a la fase más virtuosa de la canción, donde el cambio de ritmo se vuelve algo mucho más funk, ese dominio de los cambios de ritmo vuelven a esta pieza un tema con un sonido casi impresionista, siendo inspiración para muchos temas posteriores (como el Vicarius de Tool) es la culminación de un trabajo que marcó una época, el papel más indeleble de todo ser humano en sin duda el alcanzar la trascendencia, Robert Fripp es una figura indemne en la música tanto moderna como en la época dorada del rock progresivo, ha tenido la enorme virtud de que traslada aspectos fundamentales de la filosofía humana hacia el plano de la música, esta es su huella que durará por siempre, la disciplina, el autoconocimiento, la autocrítica y sobre todo ese enorme afán de superación han llevado a Robert Fripp a ser una leyenda musical, único e irrepetible.


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